La disciplina es la capacidad de actuar en forma ordenada y perseverante para conseguir un bien o propósito.
El principal valor instrumental para adquirir y provocar la disciplina es la autoexigencia o capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo extra para hacer las cosas cada vez mejor.
La disciplina en el aula es el resultado de la relación armónica entre alumnos y maestros, en ánimo de contribuir con el desarrollo de valores y actitudes favorables al proceso de enseñanza y aprendizaje.
En la disciplina del aula se le pueden asociar varios vocablos como:
Control Autoridad Castigo
Respeto Obediencia Recompensa
Normas Acuerdo Y mucho mas
Responsabilidad Amabilidad
Una imagen que inspira confianza y firmeza al mismo tiempo ayuda a establecer una buena relación profesor-alumno. La indumentaria dirá mucho del docente, de su estilo.
El lenguaje del cuerpo es muy delatador, señalar a un alumno con el dedo es un signo de agresión que se debe evitar, el contacto visual es una buena técnica si estamos indignado sobre un suceso aunque hay alumnos que lo evitan por timidez u otros motivos educacionales.
La proyección de la voz es primordial. Saber proyectar la voz sin gritar es una habilidad que puede adquirirse en las clases.
El profesor debe destacar las conductas positivas de sus alumnos, conocer a sus alumnos y sobre todo poder elaborar juntos un reglamento dentro del aula escolar y así ser todos participes de una buena disciplina en el aula.